Dienstag, 22. Juni 2010

Judith Butler rechaza el Premio del Orgullo Berlin por Valentía Civil 2010. “Debo distanciarme de esta complicidad racista”

Comunicado de prensa del colectivo SUSPECT sobre los acontecimientos del 19 junio 2010.

Como activistas queer y trans de color (y sus aliados) en Berlin, damos la bienvenida a la decisión por parte de Judith Butler a rechazar el Premio Zivilcourage otorgado por el Orgullo de Berlin. Nos alegra que una teorica renombrada ha utilizado su fama para llamar la atención a las críticas lanzadas por lxs queers de color sobre el racismo, la guerra, las fronteras, la violencia policial y el apartheid. Valoramos especialmente su valentía a la hora de criticar y explicitar la proximidad entre los organizadores y las organizaciones homonacionalistas. Su valiente discurso es testimonio de su apertura a las nuevas ideas, su disposición a involucrarse con nuestro largo trayecto de trabajo académico y activista que suele existir en condiciones de aislamiento, precariedad, apropriación y instrumentalización.

Desgraciadamente esto está ocurriendo una vez más, porque las organizaciones de personas de color que, según Butler, merecían el premio más que ella, no han recibido mención en ninguno de los informes de prensa hasta ahora. Butler ofreció el premio a GLADT (http://www.gladt.de/), LesMigraS (http://www.lesmigras.de/), SUSPECT y ReachOut (http://www.reachoutberlin.de/) y sin embargo el único espacio político que se nombra en los informes es el Transgenial Christopher Street Day, un evento alternativo del Orgullo principalmente compuesto por personas blancas. En vez de hablar del racismo, la prensa se limita a una sencilla crítica de la comercialización. La propia Butler fue muy clara en su discurso: “Debo distanciarme de la complicidad con el racismo, incluyendo el racismo anti-musulman”. Insiste en que no sólo los homosexuales sino también “las personas bi, trans y queer pueden ser utilizadas por aquellos que quieren la guerra”.

El CSD, a través de Renate Künast de los Verdes (que parecía tener dificultades a la hora de prenunciar el nombre de la premiada, y captando elementos básicos de su obra) introdujeron a Butler como una crítica persistente. Cinco minutos despues, esta misma persistencia crítica dejó a los organizadores con la boca abierta. En vez de recoger parte del discurso, a Jan Solloch y Ole Lehmann, no se les ocurrió otra cosa que negar de forma total cualquier sugerencia de racismo, y atacar los 50 queers de color y aliados que respaldaban a Butler, “Podeís gritar todo lo que queraís. No soís la mayoría. Ya está”. El final fue una fantasia imperialista a juego con la Puerta de Brandenburgo de fondo: “El Orgullo seguirá su programa… venga lo que venga… en todo el mundo y aquí en Berlin… así es como siempre ha sido, así es como siempre será”.

En los últimos años, el racismo ha sido el hilo rojo que ha atravesado los acontecimientos del Orgullo, desde Toronto a Berlin, como también el paisaje gay en un sentido más amplio (vease la crítica presentada por las teóricas queer Jasbir Puar y Amit Rai en su articulo “Monster Terrorist Fag” de 2002). En 2008, el lema del Orgullo de Berlin era “Hass du was degegen?” que podría traducirse como “¿Que te pasa?”. Homofobia y transfobia se redefinen como problemas asociados a los jovenes de color que, según esta visión, no hablan bién el alemán, cuyo alemanedad está siempre cuestionada y que sencillamente no pertenecen. 2008 también es el año que el discurso sobre los “crimenes de odio” entra con fuerza en la política sexual en Alemania. Su rápida acogida fue facilitada por el hecho de que ya se había identificado el homófobo criminal: los migrantes, ya criminalizados, se encarcelan y incluso se deportan con cada vez mayor facilidad. El pánico moral se legitimiza a través de prácticas dudosas por parte de los medios de comunicación y por algunos estudios supuestamente científicos: cada caso de violencia que podría relacionarse con una persona gay, bi o trans (tanto si el agresor es blanco como si es de color, y sin distinguir entre agresiones homófobas y altercaciones viales) se circula en los medios como más evidencia de lo que ya sabíamos – que los queers, sobre todo los hombres blancos, están en apuros, y que “los migrantes homófobos” son la causa principal de esto. Esta noción, cada vez más aceptada como verdad, es en gran medida fruto del trabajo de organizaciones homonacionalistas como la Federación Alemana de Gays y Lesbianas y la línea telefonica Maneo, cuya colaboración con el Orgullo fue el motivo determinante en el rechazo del premio por parte de Butler. Este trabajo consiste principalmente en campañas mediaticas que repetidamente representan a migrantes como “arcaicos”, “patriarcales”, “homófobos”, violentos y inasimilables. Sin embargo, una de estas organizaciones irónicamente recibe financiación pública para “proteger” a las personas de color del racismo. El “Circulo arco iris de protección contra racismo y homofobia” en el barrio gay de Schöneberg fue recibido por el alcalde del districto con un aumento en el número de patrullas policiales. Como anti-racistas, lamentablemente conocemos lo que significa más policía (sean LGBT o no) en un barrio donde viven muchas personas de color, sobre todo en tiempos de “guerra contra el terror” y “seguridad, orden y limpieza”.

Es esta tendencia de la política gay blanca de sustituir una política de solidaridad, de coalición y de transformación radical por otra de criminalización, militarización y vigilancia de las fronteras que denuncia Butler, como respuesta a las críticas y analisis presentados por personas queer de color. En contraste con otros muchos queers blancos, ella estaba dispuesta a arriesgarse por esto. Para nosotros, representa una decisión de lo más valiente.

SUSPECT
20 junio 2010.

SUSPECT es un nuevo grupo de migrantes queer y trans, personas negras, personas de color y sus aliados. Nuestro objectivo es seguir las consequencias de los debates sobre “crimenes de odio” y construir comunidades libres de violencia en todas sus formas, interpersonales e institucionales.


Traduccion: Maggie Schmitt

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